"No soy totalmente inútil: puedo ser usado como mal ejemplo"
TRAE noticia el diario del caos desatado en la Audiencia Nacional por la digitalización. Nuestra Justicia no se lleva bien con las nuevas tecnologías. Es notable que todo el mundo haya podido incorporar la automatización de procesos desde la aparición del primer PC en 1981, mientras que uno de los poderes del Estado seguía anclado en el siglo XIX, que es donde realmente les gusta estar a los burócratas que pueden permitírselo. Si la Justicia española fuese una empresa, habría desaparecido hace décadas por sus dilaciones y su falta de atención al «cliente», que aquí es el justiciable. Como cima de su impotencia, baste recordar a los sufridos jueces de la Audiencia que en su día intentaron, infructuosamente, comprender las complejas operaciones de ingeniería financiera de los reyes del pelotazo… armados de una cafetera con pantalla negra y letritas blancas. Quijotes con toga.
TRAE noticia el diario del caos desatado en la Audiencia Nacional por la digitalización. Nuestra Justicia no se lleva bien con las nuevas tecnologías. Es notable que todo el mundo haya podido incorporar la automatización de procesos desde la aparición del primer PC en 1981, mientras que uno de los poderes del Estado seguía anclado en el siglo XIX, que es donde realmente les gusta estar a los burócratas que pueden permitírselo. Si la Justicia española fuese una empresa, habría desaparecido hace décadas por sus dilaciones y su falta de atención al «cliente», que aquí es el justiciable. Como cima de su impotencia, baste recordar a los sufridos jueces de la Audiencia que en su día intentaron, infructuosamente, comprender las complejas operaciones de ingeniería financiera de los reyes del pelotazo… armados de una cafetera con pantalla negra y letritas blancas. Quijotes con toga.
Siempre me ha resultado sospechosa tanta carencia, tanto amontonamiento de papeles, tanta tardanza y tanta ineficacia (de eficiencia, ni hablemos). Resulta que quienes podían dotar a la Justicia de los medios materiales adecuados eran los mismos gobernantes a quienes aquella podía controlar. Con tenerlos a pan y agua, aplastados bajo toneladas de expedientes, había bastante para dejar en letra muerta el sistema de checks and balances. Lo pongo en inglés a modo de homenaje: la Albión será muy pérfida, pero en la división de poderes se adelantó Locke a Montesquieu, la célebre víctima de Alfonso Guerra. Es sospechoso, sí, que hubiera dinero para todo menos para el controlador último. Cualquier municipio se ha permitido en España su polideportivo, o su auditorio, o su faraónico museo, o todas esas cosas a la vez. Será por dinero. Pero no ha habido parné con que dotar a la Justicia de los mínimos recursos. Y por «mínimos» entiendo los imprescindibles para despachar sus asuntos con diligencia.
En un arrebato cargado de buenas intenciones y coronado por pésimos resultados —es decir, en un arrebato muy socialista—, ha querido el Gobierno dejar la Audiencia digitalizada en el último momento. Marcaron como fecha límite el 20-N, lo que no deja de tener su gracia; temiendo lo que les esperaba en las urnas, quizá reservaran los controles y contrapesos de verdad al siguiente ejecutivo. No importa. No hacen falta juicios de intenciones cuando los resultados son los que son. Donde había precariedad, hay ahora un galimatías imposible; donde había retrasos, hay ahora extravío de expedientes; en aquel laberinto —transitable gracias a rutinas añejas—, reina ahora la anarquía, se cruzan los datos y se accede sin autorización. El colapso. Al ministro Caamaño se le da mejor la guitarra que tutelar el diseño de procesos. Antes de marcharse del todo, sería un detalle que nos deleitara con un tema country; propongo House Of Pain, del grupo No Justice. Encajaría mejor Cage Of Misery, de Eternal Chaos, pero es menos guitarrero.