El rescate de Italia, palabras mayores, por Luis Maria Anson
Alemania, que es la que paga, está harta de la economía sumergida de Italia. Aseguran expertos solventes que los italianos se mueven en un 50% de esa economía sumergida que les dota de superior prosperidad. Ahora la trampa está aflorando. El zarandeo de Papandreu en la zona euro ha agitado las aguas italianas. Se habla ya abiertamente de que Italia se encuentra en punto de rescate.
Y eso son palabras mayores. La debilidad griega o portuguesa resulta asumible para la poderosa Europa, aunque con reservas. Italia es una de las ocho grandes economías del mundo. El desmoronamiento de la gran nación mediterránea fracturaría la entera economía mundial. De ahí que la atolondrada decisión de Papandreu haya provocado una reacción indignada de Merkel y Sarkozy. Estamos jugando con un fuego que nos puede abrasar a todos.
Italia dispone de resortes interiores suficientes para enderezar su situación, es decir, los italianos pueden contener su déficit y reducir su gigantesca deuda, si bien deberán hacer sacrificios excepcionales. Berlusconi se enfrenta a la aceleración de su impopularidad o a la catástrofe. Es de esperar, en beneficio de todos, que imponga recortes y austeridad. Ha superado ya los 450 puntos básicos de prima de riesgo. Solo con medidas muy severas podría reconducir la situación. Todo ello, al margen de que el líder italiano tiene razón al denunciar la manipulación sistemática de las tres agencias norteamericanas de calificación, la Standard & Poor’s, la Moody’s y la Fitch, las cuales, al servicio de los grandes intereses económicos estadounidenses, están socavando el prestigio de Europa y comprometiendo su estabilidad.
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Inolvidable y memorable aportación de Rosa Díez en el Congreso de Diputados, en defensa de la libertad.
Inolvidable y memorable aportación de Rosa Díez en el Congreso de Diputados, en defensa de la libertad.