Una semana desastrosa: así no, señor Rajoy, así no, por Roberto Centeno
La noche del 20-N, servidor se encontraba en un programa televisivo comentando con otros contertulios el resultado electoral. Cuando Rajoy terminó su discurso no me lo podía creer. Cuando España en 2012 afronta vencimientos de deuda por valor de 430.000 millones, más otros 70.000 de nuevas necesidades, equivalentes a la mitad de nuestro PIB, algo jamás ocurrido con ningún otro país sin entrar en bancarrota; cuando el paro sigue creciendo en miles de personas diarias; cuando la salida de capitales es ya un torrente, Rajoy se limitó a soltarnos una soflama sin contenido real, pura palabrería. Peor aún, afirmó que se reuniría con las CCAA, responsables principales de nuestra ruina, después de Zapatero, para intercambiar puntos de vista y consensuar medidas. Eso ya era el colmo. Los españoles no le han dado la mayoría para consensuar, se la han dado para mandar. Para buen rollito ya tuvimos a Zapatero.
Sin embargo, la mayoría de los presentes estaban encantados e incluso exultantes, así que cuando llegó mi turno y expresé mi punto de vista, el asombro fue general. “Ya está aquí el aguafiestas”, debieron pensar. Una conocida periodista se puso como una pantera y me espetó: “Lo que faltaba, sabía que no le darían tiempo -¡pobrecito Mariano!-, pero lo que nunca imaginé es que lo no dieran ni un minuto”. Y como no paraba de decir estupideces, no tuve más remedio que decirle que no tenía ni idea de lo que estaba hablando y menos aún de cómo funcionaban los mercados. No me echó del plató de milagro y, sin embargo, era verdad, no tenía ni idea.
¿Por qué Don Mariano no dijo algo tan sencillo como que a partir de 2012 ninguna AAPP podrá gastar más de lo ingresa?¿Por qué no dijo que, mañana por la mañana, en vez de dedicarme a hablar por teléfono, a escuchar a lameculos y pedigüeños, convocaré a todos los barones y alcaldes del PP para exigirles la presentación de unos nuevos presupuestos antes de fin de año con déficit cero?¿Por qué no confirmó, tal como se comprometió en el debate con Rubalcaba, que no dará un solo euro de dinero público para salvar entidades financieras y la que tenga que cerrar que cierre? Esa noche no lo sabía, pero ahora si lo sé. Porque Don Mariano no tiene la menor intención de hacer tales cosas, solo recortes parciales. Pero si no las hace “delenda est Hispania”, pero también “delendus est Mariano”. Acabará como Papandreu y como Berlusconi, aunque eso a mí confieso me importa un pimiento. A mí solo me importa España, que está a punto de sucumbir mientras Don Mariano, entre nubes de incienso, consulta y piensa, lo que significa que era absolutamente falso que tuviera todo pensado y un gobierno preparado para salir de la crisis. No tenía pensado nada excepto vaguedades, solo ganar las elecciones.
Una semana desastrosa
Y como era perfectamente previsible, la decepción de los mercados fue tal que la bolsa volvió a vivir una semana negra, perdió un 6,6% y, lo peor, con volúmenes de negocio bajísimos. No hay dinero para la bolsa española. Pero lo grave, lo que ha convertido la semana en realmente desastrosa, ha sido la subida brutal de los tipos de interés exigidos por el mercado para seguir financiando el despilfarro que Rajoy no tiene intención de cortar de raíz, solo de recortar un poquito. Y no es que los tipos de interés sean inasumibles, que lo son -hasta la Sra. Cospedal lo ha reconocido públicamente, aunque no tiene ni la menor intención de gastar solo lo que ingresa, y menos aún de bajarse el sueldo-, no es que llevará a la pobreza a la próxima generación, que la llevará; es que cuestiona totalmente nuestra solvencia. Como señalan los analistas, si no fuera por el BCE, nadie compraría ya deuda española, es decir, estamos en bancarrota pendientes de un hilo.
El martes en la subasta de letras, el Tesoro pagó un 123% más que hace un mes, unos tipos de interés insostenibles. Pero es que además fueron un 11% superiores a los pagados por Grecia la semana anterior, para el mismo tipo de letras, lo que significa que los mercados no se fían de Rajoy y nos consideran al borde mismo del rescate. Y mientras otra semana más España se desliza hacia el desastre, ¿qué hacia Don Mariano? No lo sabemos. Al parecer hablar por teléfono recibiendo felicitaciones y peticiones de canonjías. Un comportamiento injustificable que hace temer lo peor. Y ya por no hacer, ni siquiera ha tratado de evitar el reparto de millones a la izquierda mas sectaria y radical, con los que Zapatero está completando el saqueo de España
Y aunque es cierto como dice Arias Cañete, que para fijar la magnitud del recorte se necesita conocer exactamente la situación de la economía, eso no justifica en absoluto que Rajoy, y lo repito de nuevo, no haya lanzado ya el mensaje contundente que los mercados esperaban: que en 2012 ninguna administración pública podrá gastar más de lo que ingrese. No justifica en absoluto, sino todo lo contrario, que, como he dicho, no haya ordenado ya a CCAA y Ayuntamientos del PP que antes de fin de año presenten presupuestos con déficit cero, y que antes de tocar educación y sanidad tendrán que demostrar que es imposible reducir coste alguno, porque se han cerrado o privatizado todas las empresas publicas y televisiones y acabado con el despilfarro y las subvenciones. Pero para eso Rajoy necesitaba la voluntad de Aznar, y no la tiene, necesitaba a un Pepe Barea, que fue quien equilibró las cuentas a Aznar, y no lo tiene. Y no Rato, que se llevo la fama aunque solo malvendió las joyas de la corona y consolidó los monopolios, mientras los tipos de interés cero y el crédito ilimitado hicieron el milagro.
No justifica, sino todo lo contrario, que no haya advertido ya a CCAA y Ayuntamientos de otros partidos que el gobierno no avalara ni una sola de sus emisiones de deuda, y que cualquier préstamo será solo y exclusivamente a su riesgo. Y no necesita tampoco dato alguno, ni esperar al santo Advenimiento, para saber que el descuadre del déficit 2011 es ya de 30.000 millones. Que luego no es eso y es más, como sugiere Arias Cañete, seguro, pero ello no justifica esta inacción suicida, porque cada día que pasa cientos de millones de euros se van por la fregadera, miles de personas pierden su empleo, cientos de empresas cierran para siempre y la economía se hunde más y más.
La prioridad de Rajoy: el “banco malo”, una canallada histórica
Y por si todo lo relatado fuera poco, resulta que a la única persona a la que ha anunciado una actuación concreta e inmediata es a Rodrigo Rato a quien seguro no le llega la camisa al cuello como a la mayoría de sus colegas. “Tranquilo Rodrigo, lo primero que voy a hacer es crear un banco malo, y ahí podéis mandar toda la basura que tenéis escondida en vuestros balances, que no vale nada. Y os los voy a comprar a precio de oro molido, vais a ser de verdad el sistema financiero más sólido de la galaxia. Y además, tranquiliza a todos los mangantes e ineptos que han arruinado cajas y bancos y se han llevado una pasta, que nada de procesarles y meterles en la cárcel como en otros sitios. Si Zapatero ha indultado a Alfredo Saénz, yo no voy a ser menos, voy a indultar a todos y dejarles con sueldos de varios millones de euros, ¡si será por dinero!”.
Rato saldría encantado y empezaría a llamar por teléfono a todos y cada uno. “Nada fulano, ya os lo he solucionado. Así que tranquilos y podéis ir preparando unas Navidades de lujo”. ¿Saben ustedes lo que es un “banco malo”? Para que lo entiendan con claridad, “banco malo” es hambre, dolor, miseria y desesperación para millones de familias españolas. El “banco malo” consiste en crear una entidad financiera que compre a valor contable o similar todos los activos dañados o tóxicos de las entidades con problemas, es decir, todas, para que estas puedan seguir operando como si no hubiera pasado nada. El banco vendería después estos activos por lo que pudiera y asumiría la pérdida. ¿Qué pérdida? 100.000 o 150.000 millones de euros. Dicen los interesados y sus plumas mercenarias, que se utilice el dinero que nos va a prestar el FMI o el Fondo Europeo de Estabilidad, como si eso no fuera dinero de los españoles.
Ese dinero es para las pensiones, para los parados, para la sanidad, para la dependencia y robárselo a éstos, porque de un robo se trata, y regalárselo a los bancos, es condenar a la miseria a millones o a morirse en los pasillos de la sanidad porque no hay dinero para operarles. Eso es el “banco malo”, lo vistan como lo vistan, una canallada histórica. Los culpables se irán de rositas, y nosotros y nuestros hijos, las victimas de su codicia, de su venalidad y de su incompetencia, pagaremos el costo del desastre. Y ya está en marcha, para evitar el cierre de la CAM y que otro banco se quede con ella. Zapatero el zombi se ha comprometido a entregar 16.800 millones de euros. A santo de qué, en nombre de qué, para mantener una caja absolutamente innecesaria, vamos a dilapidar una cantidad de dinero ingente que España no tiene y que necesita desesperadamente para pagar intereses, para pagar el desempleo y para mantener demandas sociales inaplazables. ¿Qué mente ruin y miserable es capaz de decidir despilfarrar un 1,6% del PIB en algo absolutamente inútil, a base de recortar prestaciones esenciales? Si Rajoy avala este despropósito no merecerá llamarse presidente de todos los españoles, y lo que es más grave, así nunca nos sacará de la crisis. Solo nos hundirá definitivamente.
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Inventos que pueden ser desquiciantes ... o divertidos.