Zapatero sigue concediendo mercedes, por Luis María Anson
Las púberes canéforas de José Luis Rodríguez Zapatero, sobre todo Trinidad, y también algunos de sus ministros, siguen limpiando las arcas del Estado para conceder a asociaciones y fundaciones afines, con la coartada de alguna excepción, generosas subvenciones. Incluso los premios nacionales, numerosos como las arenas de las playas cantábricas, y dotados con suculentas cantidades económicas, se están concediendo precipitadamente antes del traspaso de poderes para favorecer a los escritores y a los artistas zapateriles.
Son varios los ministerios, por otra parte, dedicados a blindar cargos y situar en ellos a los parientes y amiguetes. El cuerpo diplomático está escandalizado de lo que, inasequible al desaliento, está haciendo Trinidad Jiménez, vapuleada, una vez más, en una prueba electoral, en esta ocasión en Málaga. El cinismo elevado al cubo se mantiene hasta el final. La política no atiende al bien común sino que se ha convertido para el zapaterismo en un negocio al servicio de los amigos. Los medios de comunicación publican cada día una nueva dádiva del Gobierno agonizante y en funciones. El escándalo alcanza proporciones mayúsculas. En plena crisis atosigante, los ministros y las ministras de Zapatero continúan apurando los recursos públicos para atender a los paniaguados de turno. Les queda ya muy poco tiempo pero están haciendo horas extraordinarias para succionar hasta el último recurso. A Rajoy le espera una economía devastada.
Luis María ANSON
de la Real Academia Española
de la Real Academia Española
***
Inventos desquiciantes o diseños imposibles