Reproducimos, por su interés, el artículo publicado por Luis María Anson en “El Mundo”:
Alfredo Pérez Rubalcaba está escribiendo con brío la crónica de una derrota anunciada. Es cierto que en el otoño del año 2003, Mariano Rajoy arrancó con 13 puntos de ventaja en las encuestas y cinco meses después perdió ante Zapatero. Pero, aparte el 11-M, al candidato del PP le organizaron una campaña absurda, le vistieron de pavo real y le convirtieron en un político presumido, frío y distante. Ahora todo parece diferente. Ana Mato es una mujer muy inteligente y está haciendo las cosas bien. Con 15 puntos de ventaja y a seis semanas de las elecciones, la victoria no se le puede escapar a Rajoy, salvo catástrofe. A Robert Kennedy tuvieron que asesinarle para impedir que se convirtiera en presidente de los Estados Unidos de América. Lo hicieron las oscuras fuerzas subterráneas que terminaron con su hermano John.
Alfredo, consciente de la situación, rubalmaquina ahora para la conquista del otro gran poder que se ventila en las elecciones generales: la oposición. Perdida la Moncloa, la lucha sorda por Ferraz se ha convertido en el fuego fatuo de la campaña electoral. Si el candidato socialista se queda por debajo de los 120 escaños, será escabechado de forma inmisericorde. Eso se lo puede explicar muy bien Almunia. Si supera los 140 escaños podrá intentar el asalto a la secretaría general del PSOE, es decir, al suculento poder de la oposición. Zapatero tiene sus planes para callejear por Ferraz. Tras las elecciones generales, tumbado en la hamaca de la molicie, mientras escucha los gorjeos de Sonsoles, contempla las nubes leonesas y se deslumbra con la luz de los poemas de Gamoneda, hará lo posible para que Carmina Chacón le suceda en el partido.
Alfredo ha rubalcabeado hábilmente y ha conseguido que Felipe González, el gran prestigio del socialismo, se incorpore a su campaña. Si el resultado electoral fuera decoroso, Rubalcaba podría ser elegido secretario general en el Congreso del partido. Y Felipe González, presidente. Ese tiquet es el proyecto de destacados barones del socialismo doliente. Aún más: lo que no sabe Alfredo es que, con él o sin él, un sector cualificado del PSOE quiere que Felipe González vuelva como presidente del partido con el fin de ofrecer la imagen sólida que necesitan los socialistas si de verdad se quiere barrer la política zapatética. Para muchos, las ocurrencias, los despropósitos y las contradicciones de Zapatero son la causa del desprestigio atroz que padece hoy, no solo a derecha, sino sobre todo a izquierda, el Partido Socialista Obrero Español. Rubalcaba manotea como puede para salvarse del naufragio, aferrado al salvavidas de Felipe González.
Luis María ANSON
de la Real Academia Española
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