A principios de verano y en solo 12 meses, el PSOE había perdido el 80% de su poder territorial, su columna de hierro, y desde entonces las deserciones se están multiplicando. Por lo que como no “se hunda otro Prestige”, Rubalcaba va cosechar un desastre histórico. Y aunque el desplome del Partido Socialista más retrógrado y radical de Europa es condición sine qua non para la recuperación de la nación, el daño ocasionado es ya demasiado grande. La deuda bruta de España supera el 400% del PIB, la pública el 100% sumando todo, deuda computable y no computable, deuda con proveedores, avales al sistema financiero que en su mayoría jamás serán devueltos, y estimación de la deuda territorial oculta, a la vista de lo encontrado con los cambios de gobierno.
El paro supera los seis millones, sumando a la EPA los dos grandes colectivos excluidos: parados “desencantados”, aquellos que en la semana anterior a la encuesta no buscaron activamente un trabajo, entre 400.000 y 500.000, y que el INE clasifica como inactivos; y parados que la nueva metodología de encuesta califica de empleados a tiempo parcial, a mayor gloria de Zapatero, entre 500.000 y 600.000.
El gasto público casi dobla los ingresos por cuarto año consecutivo, porque CCAA y ayuntamientos parece que no se han enterado de la crisis, y lo que es peor, la Seguridad Social ha entrado en una espiral de déficit insostenible; agosto ha sido terrorífico con 138.800 afiliados menos. La carga de intereses supera el 3,5% del PIB, incluyendo las administraciones territoriales, no hay financiación para empresas y familias y el crecimiento cada vez menor, 0,7% interanual oficial, y entre el -3% y el -4%, medido por indicadores independientes, que además han empeorado.
Y mientras tanto, el empobrecimiento de las familias, que comenzaó hace dos años por primera vez desde los años 50, llega al punto de que han agotado todas sus reservas. El ahorro en el primer trimestre 2011 ha caído al 4,4% de la renta disponible (9.240 millones), casi la mitad que hace un año, cantidad que ya es insuficiente para abordar el pago de las hipotecas (13.030 millones). No sé si se dan cuenta de las implicaciones tremendas que este hecho tendrá sobre el consumo y la morosidad en los meses venideros. Un incremento de la morosidad que pondrá en peligro no solo la mayoría de cajas, sino en riesgo cierto los escasos ahorros de millones de familias.
La prima de riesgo y el fraude del límite de deuda
Durante el mes de julio la prima de riesgo escaló hasta los 400 puntos básicos, un nivel de intervención de haberse mantenido por encima del mismo durante unas semanas. Los mercados se cerraron y siguen cerrados para la mayoría de bancos y empresas españolas, pero no solo eso, emisiones con aval del Estado solo se cubrieron parcialmente, una del FROB cubierta solo la mitad y otra de la deuda eléctrica que ni siquiera llegaría a materializarse por falta de demanda. En la última semana del mes España necesitaba urgentemente un rescate, dado que si la situación se prolongaba unas semanas el colapso financiero era inevitable.
Sólo las CCAA necesitaban 27.500 millones para todo el año, y no habían captado más que 7.000. ¿Quién les va a prestar los 20.000 restantes si los mercados los tienen cerrados? De este total, solo Cataluña necesita 11.000 millones para no quebrar, pero la situación del Estado, con el interés de su deuda disparado, había atravesado ya su margen de seguridad y saltado todas las alarmas. A la vista de la situación, Merkel y Sarkozy autorizaron al BCE la compra masiva de deuda española, un rescate encubierto, lo que aliviaría de inmediato la presión de los mercados sobre la misma y haría bajar la prima de riesgo por debajo de los 300 puntos. Pero no sería gratis.
La condición para recibir dicha ayuda era un techo constitucional al gasto público, porque en el resto del mundo la Constitución es algo sacrosanto, sin darse cuenta que en España la casta política parasitaria se fuma un puro con ella. Zapatero no tuvo más remedio que aceptar, pero luego de la mano de Rajoy, pues ahora son más amigos que Zipi y Zape, improvisaron una chapuza monumental, que es su especialidad: evitaron cuantificar el límite en la Constitución, donde quedará como otra vaguedad más. Lo cuantificarán en una futura Ley, y luego el colmo, el límite, el famoso 0,4%, es solo para el déficit estructural, es decir, cuando exista pleno empleo. Fuera de este supuesto, que ni se da ni se dará, podrán seguir gastando lo que les venga en gana.
Pretendían, as usual, engañar a los mercados, pero me temo que esta vez no cuela: la demanda de deuda soberana cayó el jueves un 40% y solo se salvó porque las entidades colaboradoras del Tesoro obligaron a comprar a sus Fondos. Y mientras tanto las autonomías pidiendo auxilio a gritos. Un deterioro que parece imparable.
El “cambio constitucional” ha tenido sin embargo un efecto colateral muy revelador; nacionalistas y separatistas se han puesto como panteras. No por el cambio, porque ellos se burlan e incumplen la Constitución cuando quieren, sino porque acostumbrados a hacer de bisagra y exigir chantajes económicos y políticos inaceptables durante 30 años, se han dado cuenta que si socialistas y populares se ponen de acuerdo son meros partidos marginales que no pintan nada. Y lo de la independencia es pura fantasía si los dos grandes se oponen y vetan la entrada en la UE a cualquier secesionista.
Luego y para acabar de arreglar las cosas, a principios de agosto, el súbito hundimiento de las bolsas puso los mercados financieros contra las cuerdas. La volatilidad es extrema y el miedo se ha apoderado de mercados y personas, y esto no tiene pinta de arreglarse. Por ello, no olviden una regla de oro: “nunca vender en el pánico, nunca comprar en la euforia”. Pero lo que ya es seguro es que el consumo y la inversión, vía efectos riqueza y Tobin, irán a la baja, lo que reducirá aun más el crecimiento, es decir, un otoño al borde del abismo. Como vaticinaba certeramente Juan Roig presidente de Mercadona, a principios de año “lo único bueno de 2011 es que será mejor que 2012”.
El fraude de la nueva banca
Y luego lo que faltaba, una reestructuración del sistema financiero que es un fraude total. Las Cajas de Ahorro y Montes de Piedad españoles, 160 años de la mejor historia social de éste país, hundidas en poco años por la nueva casta política incompetente y venal, han sido troceadas separando la parte buena de la parte mala, la parte buena se ha convertido en banco a cuyo cargo se han quedado los políticos responsables de la ruina de las mismas, y cuya primera medida, con el visto bueno de MAFO, que es preceptivo, ha sido ponerse sueldos de escándalo, de dos, tres y hasta cinco millones de euros anuales. Y en cuanto al resto, a la parte mala o los despojos, se ha quedado en las cajas saqueadas, las cuales se agrupan en “holdings” que aglutinan toda la ruina.
La mecánica es la siguiente: supongamos un grupo de cajas X cuyo resultado real conjunto es, pongamos, de -2.000 millones de euros, se sacan todos los mejores activos, el “solomillo”, y con ellos se constituye un banco que sale a bolsa y en cuya salida consiguen un dinero adicional del mercado -cuatro perras en realidad porque los activos se venden a la tercera parte de su valor-. Una vez en bolsa, el banco puede tener un beneficio de, digamos, 1.000 millones, y como en las cajas expoliadas solo han quedado los despojos su resultado es de -3.000 millones. O sea, es un juego de suma cero, bueno cero no, los gestores se forran y como se han quedado con lo mejor a precio de miseria, a enriquecerse sin límite que ahora ya son banqueros. Un respeto. No me extraña que se hayan apresurado a sacarlo en plena tormenta, con el placet de MAFO. De Juzgado de Guardia.
Y ahora, ¿qué pasa con los “bancos malos”? Pues que después de haberles esquilmado sus mejores activos a un tercio de su valor, el agujero que tienen se asemeja a la fosa de las Marianas. Casi los dos tercios de la subprime española, crédito a proveedores y constructoras, que supone más de 500.000 millones, y donde no recuperan más de un tercio, están aparcados en ellas. Y los 400.000 millones adeudados al exterior por las cajas, que están refinanciando con aval del Estado porque no pueden pagar. Y esto ya no tiene pase, esto no es solo incompetencia, esto es un expolio.
¿Quién se va hacer cargo de esto Sr. Gobernador? ¿Quién responderá del desastre si los culpables, en lugar de ser procesados, se han ido los “bancos buenos” con sueldos de escándalo?
Y la última estafa del verano, el cierre de las cuentas del Estado a julio, con un déficit oficial de 22.700 millones de euros, un 11,8% menos que en 2010. Son unos tramposos compulsivos. Si miran el desglose de gastos, los pagos por intereses que han computado para tratar de engañar no sé a quién, son solo 9.200 millones, pero las obligaciones de pago, lo de verdad, son 17.200, lo que significa que el déficit solo por esto es de 30.700 millones, ¡un 19,7% más que en 2010! El resultado es estremecedor.
¡El sector público en conjunto sigue gastando el doble de lo que ingresa por cuarto año consecutivo! Si alguien piensa que esto se sostiene, que vaya al psiquiatra.
Cotizalia