Escribe Roberto Centeno
Me comentaba hace unas semanas un conocido ex ministro de Felipe González, que coincidió con Rubalcaba en el Gobierno cuando éste era portavoz, que ni Felipe, ni él, ni ninguno de sus compañeros de gabinete que han conocido de cerca su capacidad de gestión entienden la aureola montada alrededor del personaje, tanto por sus enemigos como por la casi totalidad de los medios, a pesar de que ni unos ni otros le conocen.
Es lógico que la cúpula socialista, cuyos cargos dependen ahora de él, se deshaga en serviles elogios, pero que sus enemigos le califiquen de “genio tenebroso” o “Maquiavelo”, o que los medios cuenten que es un “tipo listo y un pájaro político de cuidado”, demuestra que “no conocen en absoluto a Rubalcaba”.
Todos los que han coincidido con él en tareas de gobierno saben que es un mediocre consumado, con una cierta habilidad dialéctica pero sin idea alguna que llevar a la práctica. “Tanto es así”, me decía, “que en aquella época Felipe ni se le ponía al teléfono, y tenía que comunicarse con él a través de mi”. Aunque para esta persona lo más grave, desde el punto de vista del socialismo, es que Rubalcaba es un perdedor y el destrozo que puede ocasionar al partido podría ser demoledor.
Concluye su ex compañero de Gobierno afirmando que “los que no le conocen dicen que Rubalcaba no da puntada sin hilo, y lo que ocurre en realidad es que no da una puntada a derechas”.
Lo cierto es que la gente y los medios tienen muy mala memoria. No recuerdan, por ejemplo, que Rubalcaba, primero como segundo de Maravall y después como ministro de Educación, fue uno de los grandes responsables de la destrucción de la enseñanza pública en nuestro país, primero como coautor y principal impulsor de la LOGSE, que nos ha hundido más de 20 puestos en todos los ranking internacionales, y después como responsable de la politización y el hundimiento de la Universidad, donde los únicos elementos que cuentan desde entonces en la selección del profesorado son la afiliación política de izquierdas y las relaciones de amistad. Esta práctica ha convertido a nuestras universidades en gigantescas fábricas de parados y perjudica fundamentalmente a las familias más desfavorecidas, que carecen de recursos para pagar a sus hijos un colegio o una universidad privada.
Este es Alfredo P. en acción, un peligro cierto para los humildes y para la clase trabajadora, el hombre que ha conseguido junto con Maravall y algún otro destruir el ascensor social que la enseñanza pública posibilitó en el pasado, algo dificilísimo porque era una enseñanza de altísima calidad a todos los niveles, una de las mejores de Europa.
Dice Soraya Sáez de Santamaría que “estamos viendo al peor Rubalcaba, que probablemente es el que es”. Es cierto; el pasado lo acredita y los acontecimientos de las últimas semanas lo corroboran. Rubalcaba ha desperdiciado antes de empezar buena parte de su credibilidad, real o ficticia.
El 15M, del que ha sido gran impulsor, se le está diluyendo como un azucarillo. ¿Si no le sirvió en su momento álgido para evitar el desastre, de que cree que le van a servir ahora cuando ni siquiera consiguieron congregar a 10.000 personas en su Marcha sobre Madrid? Y su felonía de legalizar a los amigos de ETA, de entregarle Guipúzcoa y la capitalidad de la cultura, puede costarle cara en las urnas, pero más grave es su pseudo-programa económico, una deriva descamisada que mueve al estupor o la ira.
El programa de Rubalcaba o cómo la montaña parió un ratón
Chapuza histórica, tomadura de pelo, de vergüenza ajena… realmente faltan adjetivos. ¿Y para esto se han tirado trabajando casi dos meses Caldera, Narbona y las mentes más radicales del Partido Socialista?
¿Éste era el discurso de tan “altísimo calado político”?
Simplemente, no hay por dónde cogerlo. Mal está que después de siete años, como más cercano y estrecho colaborador de Zapatero en el hundimiento de España, ahora cometa el fraude intelectual de negar toda vinculación y se presente como alternativa, pero sus planteamientos del sábado son un insulto a la juventud, a los parados y a la clase media.
Y ahora analicemos los grandes inventos de Rubalcaba, el indignado. El primero, pedir a bancos y cajas que dediquen una parte de sus beneficios a la creación de empleo, algo inédito en el mundo.
Pero, vamos a ver, don Alfredo, el beneficio conjunto de bancos y cajas imputable a España después de impuestos en 2010 fue de 5.000 millones de euros. En el Santander y el BBVA sólo el 16% de sus beneficios fue imputable a España. Si dedicaran, por ejemplo, un 10% al tema serían 500 millones y esa cifra para solucionar el problema del paro simplemente es una broma.
Parece que ni se han molestado en hacer un solo número, 500 millones es menos de lo que nos expolian los titiriteros de la SGAE y, además, si uno de nuestros principales problemas es la falta de crédito es obvio que esto empeorará la situación.
¿Y qué van a pensar los mercados? Es más, ¿por qué sólo la banca y no los monopolios energéticos, que están abusando de los consumidores como jamás lo hicieron en el pasado?
Sin embargo, el asunto es mucho peor. Comparen ahora esa cifra con los 50.000 millones que entre dinero directo y avales entregamos a cajas y bancos en 2010. ¿Por qué no dedica esos 50.000 millones a crear empleo y que los bancos se busquen la vida como puedan? Esto no es solo demagogia al por mayor, es una burla sangrienta a los jóvenes y a los parados.
El segundo tema: el impuesto sobre el patrimonio, un impuesto tan injusto y regresivo que ya no existe en ningún país del mundo.
¡Deje de mentir, don Alfredo!
Ese impuesto recae en un 98% sobre la clase trabajadora y sobre la clase media y, por supuesto, sobre todos aquellos que hayan ahorrado lo suficiente para comprarse una vivienda. Los grandes patrimonios, por si no lo sabe usted, están exentos del impuesto de patrimonio vía SICAV. De los aproximadamente 2.500 millones que se recaudaron el último año que estuvo en vigor, menos de 50 corresponden a lo que usted denomina grandes fortunas.
Asimismo, lo del contrato a tiempo parcial es pura demagogia, y lo del cambio del sistema electoral, donde no concreta nada, es otra tomadura de pelo. Y, sin embargo, no ha dicho ni pío del gigantesco despilfarro económico, donde sólo entre la mala gestión de las compras y las duplicidades entre administraciones se despilfarran anualmente 50.000 millones de euros.
Una alternativa diabólica
Si con esta chapuza -menos de 3.000 millones de euros entre la tasa bancaria y la reimplantación del impuesto del patrimonio- pretende arreglar la crisis y el paro es que necesita que le examinen. Aunque lo más probable es que no sea esa su intención, sino volver a engañar una vez más a los ciudadanos. Pero, aún siendo cierto de que el número de descerebrados en España por kilómetro cuadrado supera ampliamente la media europea, no es tan abultado como cree don Alfredo.
Para este viaje no hacían falta alforjas.
En todo caso, la táctica de Rubalcaba es clara: tratar de recuperar una parte del voto de la izquierda y que Rajoy no alcance la mayoría absoluta.
En definitiva, una táctica populista suicida, demagogia químicamente pura, cuya única ventaja es que llevará al socialismo español al desastre, que es la condición ‘sine qua non’ para que España supere la crisis y se recupere la unidad nacional, porque con los socialistas no hay posibilidad de supervivencia para España. Pero de momento, y sin tomar medida efectiva alguna en una economía que camina directa hacia el abismo, el daño adicional que pueden ocasionarnos los socialistas es espectacular.
Roberto Centeno en Cotizalia
Me comentaba hace unas semanas un conocido ex ministro de Felipe González, que coincidió con Rubalcaba en el Gobierno cuando éste era portavoz, que ni Felipe, ni él, ni ninguno de sus compañeros de gabinete que han conocido de cerca su capacidad de gestión entienden la aureola montada alrededor del personaje, tanto por sus enemigos como por la casi totalidad de los medios, a pesar de que ni unos ni otros le conocen.
Es lógico que la cúpula socialista, cuyos cargos dependen ahora de él, se deshaga en serviles elogios, pero que sus enemigos le califiquen de “genio tenebroso” o “Maquiavelo”, o que los medios cuenten que es un “tipo listo y un pájaro político de cuidado”, demuestra que “no conocen en absoluto a Rubalcaba”.
Todos los que han coincidido con él en tareas de gobierno saben que es un mediocre consumado, con una cierta habilidad dialéctica pero sin idea alguna que llevar a la práctica. “Tanto es así”, me decía, “que en aquella época Felipe ni se le ponía al teléfono, y tenía que comunicarse con él a través de mi”. Aunque para esta persona lo más grave, desde el punto de vista del socialismo, es que Rubalcaba es un perdedor y el destrozo que puede ocasionar al partido podría ser demoledor.
Concluye su ex compañero de Gobierno afirmando que “los que no le conocen dicen que Rubalcaba no da puntada sin hilo, y lo que ocurre en realidad es que no da una puntada a derechas”.
Lo cierto es que la gente y los medios tienen muy mala memoria. No recuerdan, por ejemplo, que Rubalcaba, primero como segundo de Maravall y después como ministro de Educación, fue uno de los grandes responsables de la destrucción de la enseñanza pública en nuestro país, primero como coautor y principal impulsor de la LOGSE, que nos ha hundido más de 20 puestos en todos los ranking internacionales, y después como responsable de la politización y el hundimiento de la Universidad, donde los únicos elementos que cuentan desde entonces en la selección del profesorado son la afiliación política de izquierdas y las relaciones de amistad. Esta práctica ha convertido a nuestras universidades en gigantescas fábricas de parados y perjudica fundamentalmente a las familias más desfavorecidas, que carecen de recursos para pagar a sus hijos un colegio o una universidad privada.
"El beneficio conjunto de bancos y cajas imputable a España después de impuestos en 2010 fue de 5.000 millones de euros. En el Santander y el BBVA sólo el 16% de sus beneficios fue imputable a España. Si dedicarán, por ejemplo, un 10% a crear empleo serían 500 millones, y esa cifra para solucionar el problema del paro simplemente es una broma"
Este es Alfredo P. en acción, un peligro cierto para los humildes y para la clase trabajadora, el hombre que ha conseguido junto con Maravall y algún otro destruir el ascensor social que la enseñanza pública posibilitó en el pasado, algo dificilísimo porque era una enseñanza de altísima calidad a todos los niveles, una de las mejores de Europa.
Dice Soraya Sáez de Santamaría que “estamos viendo al peor Rubalcaba, que probablemente es el que es”. Es cierto; el pasado lo acredita y los acontecimientos de las últimas semanas lo corroboran. Rubalcaba ha desperdiciado antes de empezar buena parte de su credibilidad, real o ficticia.
El 15M, del que ha sido gran impulsor, se le está diluyendo como un azucarillo. ¿Si no le sirvió en su momento álgido para evitar el desastre, de que cree que le van a servir ahora cuando ni siquiera consiguieron congregar a 10.000 personas en su Marcha sobre Madrid? Y su felonía de legalizar a los amigos de ETA, de entregarle Guipúzcoa y la capitalidad de la cultura, puede costarle cara en las urnas, pero más grave es su pseudo-programa económico, una deriva descamisada que mueve al estupor o la ira.
El programa de Rubalcaba o cómo la montaña parió un ratón
Chapuza histórica, tomadura de pelo, de vergüenza ajena… realmente faltan adjetivos. ¿Y para esto se han tirado trabajando casi dos meses Caldera, Narbona y las mentes más radicales del Partido Socialista?
¿Éste era el discurso de tan “altísimo calado político”?
Simplemente, no hay por dónde cogerlo. Mal está que después de siete años, como más cercano y estrecho colaborador de Zapatero en el hundimiento de España, ahora cometa el fraude intelectual de negar toda vinculación y se presente como alternativa, pero sus planteamientos del sábado son un insulto a la juventud, a los parados y a la clase media.
Y ahora analicemos los grandes inventos de Rubalcaba, el indignado. El primero, pedir a bancos y cajas que dediquen una parte de sus beneficios a la creación de empleo, algo inédito en el mundo.
Pero, vamos a ver, don Alfredo, el beneficio conjunto de bancos y cajas imputable a España después de impuestos en 2010 fue de 5.000 millones de euros. En el Santander y el BBVA sólo el 16% de sus beneficios fue imputable a España. Si dedicaran, por ejemplo, un 10% al tema serían 500 millones y esa cifra para solucionar el problema del paro simplemente es una broma.
Parece que ni se han molestado en hacer un solo número, 500 millones es menos de lo que nos expolian los titiriteros de la SGAE y, además, si uno de nuestros principales problemas es la falta de crédito es obvio que esto empeorará la situación.
¿Y qué van a pensar los mercados? Es más, ¿por qué sólo la banca y no los monopolios energéticos, que están abusando de los consumidores como jamás lo hicieron en el pasado?
Sin embargo, el asunto es mucho peor. Comparen ahora esa cifra con los 50.000 millones que entre dinero directo y avales entregamos a cajas y bancos en 2010. ¿Por qué no dedica esos 50.000 millones a crear empleo y que los bancos se busquen la vida como puedan? Esto no es solo demagogia al por mayor, es una burla sangrienta a los jóvenes y a los parados.
El segundo tema: el impuesto sobre el patrimonio, un impuesto tan injusto y regresivo que ya no existe en ningún país del mundo.
¡Deje de mentir, don Alfredo!
Ese impuesto recae en un 98% sobre la clase trabajadora y sobre la clase media y, por supuesto, sobre todos aquellos que hayan ahorrado lo suficiente para comprarse una vivienda. Los grandes patrimonios, por si no lo sabe usted, están exentos del impuesto de patrimonio vía SICAV. De los aproximadamente 2.500 millones que se recaudaron el último año que estuvo en vigor, menos de 50 corresponden a lo que usted denomina grandes fortunas.
Asimismo, lo del contrato a tiempo parcial es pura demagogia, y lo del cambio del sistema electoral, donde no concreta nada, es otra tomadura de pelo. Y, sin embargo, no ha dicho ni pío del gigantesco despilfarro económico, donde sólo entre la mala gestión de las compras y las duplicidades entre administraciones se despilfarran anualmente 50.000 millones de euros.
Una alternativa diabólica
Si con esta chapuza -menos de 3.000 millones de euros entre la tasa bancaria y la reimplantación del impuesto del patrimonio- pretende arreglar la crisis y el paro es que necesita que le examinen. Aunque lo más probable es que no sea esa su intención, sino volver a engañar una vez más a los ciudadanos. Pero, aún siendo cierto de que el número de descerebrados en España por kilómetro cuadrado supera ampliamente la media europea, no es tan abultado como cree don Alfredo.
Para este viaje no hacían falta alforjas.
En todo caso, la táctica de Rubalcaba es clara: tratar de recuperar una parte del voto de la izquierda y que Rajoy no alcance la mayoría absoluta.
En definitiva, una táctica populista suicida, demagogia químicamente pura, cuya única ventaja es que llevará al socialismo español al desastre, que es la condición ‘sine qua non’ para que España supere la crisis y se recupere la unidad nacional, porque con los socialistas no hay posibilidad de supervivencia para España. Pero de momento, y sin tomar medida efectiva alguna en una economía que camina directa hacia el abismo, el daño adicional que pueden ocasionarnos los socialistas es espectacular.
Roberto Centeno en Cotizalia