Los consultores y asesores titiriteros del PSOE están animando a Rubalcaba para que dé la talla.
Se había comprometido a agotar la legislatura. Ha tenido que envainarse la promesa. La presión internacional, con Merkel a la cabeza y con la calificación de la prima de riesgo como una espada de Damocles, le han puesto de rodillas. Y, sobre todo, como ocurrió en abril, la presión de los suyos, las desbandadas internas con el PSOE. Salvo sus púberes canéforas, Trinidad, Elena, Leire, Bibiana, Maleni y Carmina, todos le han dejado solo. Así que al final ha hincado el pico y ha convocado a las urnas para que el pueblo decida sobre el desastre zapatético.
Bien entendido que el presidente dadivoso, tras conseguir que el juez Bermúdez se haya llevado el Faisán al pleno de la Audiencia, se ha tranquilizado por el momento del temor a ser acusado de colaboración con banda armada.
Vamos a vivir un verano de órdago a la grande. Rubalcaba se ha impuesto una agenda frenética con entrevistas personales que abarcan a los dirigentes de todos los partidos salvo el PP. Rajoy está un poco fastidiado de que deterioren sus vacaciones pero no le queda más remedio que tallar. Zapatero ha pretendido paliar su rendición con la provocación pueril de convocar para el 20 de noviembre. Desde hace muchos meses vengo propugnando que las elecciones generales se convocaran para octubre. El presidente circunflejo, ya derrotado, ha tenido el capricho de establecer el 20 de noviembre. Una ocurrencia más y una pirueta provocadora de despedida.
Luis María ANSON
de la Real Academia Española
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Hay gente que se pasa con el uso del Photoshop... y se llaman profesionales.