Este concurso de bellezas enormes, dotadas de vanguardias respetables, no está adulterado -salvo una o dos excepciones que saltan a la vista, saltan mucho. No es que el jurado no sea un poco corrupto, es que las protagonistas son fornidas mozas provistas de glándulas de primera calidad. Los implantes -poco y excesivos- están aquí para resaltar el contraste.