Un tribunal islámico condena por adulterio a Mohammed Abukar
El hombre agonizó lentamente ante la mirada y el regocijo de sus vecinos
En una de las imágenes levanta la mano hacia el cielo, como si quisiese dejar en evidencia la arbitrariedad de la decisión de los hombres que lo van a lapidar y que recogen exaltados las piedras blancas recién traídas en un camión. Se resistió como pudo, gritó, pataleó y lloró, intentando frenar el cruento ritual. Tras el macabro titual, lo sacaron del hoyo. Notaron que aun respiraba y como se ve en otra de las fotos, lo remataron.
From viejo MD, 22 dic. 2009