Son delicadas, maravillosas y muy hermosas. Las tailandesas son imbatibles. Veamos.
Oops, oops, oops... el baile de la flor de loto en almíbar.
Y al final, una propina.
¿Quién decía que los japonesses viven muy apretados?
¿Quién decía que nuestras abuelas no se depilaban el sexo?