Zapatero debió irse hace dos años, por Luis María Anson
Lo he escrito tantas veces que, cuando se debate el nuevo tirón del paro, se acentúa para mí la idea del perjuicio que causa Zapatero todavía al frente del Gobierno de la nación. No se puede enderezar la crisis sobre la desconfianza nacional e internacional que suscita el presidente dadivoso. Si se hubiera retirado a descansar en su hamaca leonesa hace dos años otro gallo cantaría a la economía española. El pasado mes de abril, obligado por los suyos a renunciar a su candidatura a las elecciones generales, Zapatero debió anunciar también su inmediata salida de Moncloa. No lo hizo porque prefirió disponer de unos meses para dejar colocados a sus paniaguados y para borrar las huellas del caso Faisán y de su presunta colaboración con banda armada, investigada por el juez Ruz.
En la próxima encuesta de la EPA, el paro se situará en las fronteras de los 5.000.000, a tenor de la crecida de cerca de 100.000 desempleados en el Inem de septiembre. Inútil descargar culpas sobre los recortes de las Comunidades Autónomas, cuando los peores resultados se han producido en Andalucía sin esos recortes. El problema es mucho más hondo. Las pequeñas y medianas empresas son las que crean empleo. También los autónomos. Y nadie tiene confianza en Zapatero. Hasta que no abandone su madriguera monclovita, no empezarán a arreglarse las cosas, a pesar de que el presidente, de hinojos ante Merkel, lleva ya varios meses tomando las medidas adecuadas. Lo que pasa es que nadie cree en él.
Luis María ANSON
de la Real Academia Española
de la Real Academia Española
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Inventos imposibles y diseños desquiciantes